Querida Paula:
Quizás te acuerdes de mí, me colé el otro día en uno de tus sueños, y aunque tú no lo sepas, sigues siendo mi huésped cada noche en todos y cada uno de los míos. Durante veinticinco meses fui yo quien te vendió todo lo que te alimentó. Durante veinticinco meses fui yo quien trató de cuidarte desde el otro lado del consumo. Y al cabo de veinticinco meses, fui yo quien destapó la coartada adúltera de tu ex.
Pronto llegaré al final de mi último viaje y todo será demasiado tarde, pero antes tengo que saber algo. Necesito saber si te gustaría conocerme, Sé que te sonará un poco raro y que no tienes ningún motivo para querer hacerlo. Solo necesito que me hagas una señal, la que sea, que me hagas saber que tengo una mínima posibilidad para despertar tu interés y volveré desde donde esté, solo para poder intentarlo. Si esa señal no se produce en las próximas horas, no te preocupes, te puedo asegurar que no volveré a molestarte.
Por si esta es la última vez que lo hago, solo déjame escribirte que tanta luz jamás mereció brillar tan oscura.
Eternamente.
Que la muerte te acompañe, Risto Mejide, ESPASA.
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Desde el primer día que el libro se puso en venta, quise comprarlo, pero, me prometí a mí misma que, lo compraría una vez que terminara los exámenes. El lunes, terminé con los exámenes, y ayer, me compré el libro. Llevo más de la mitad en menos de 24 horas, llegándose incluso a decir, que solo he parada para dormir, desayunar, twittear y escribir esta entrada.
Risto nunca me defrauda. La forma que tiene de escribir, sea en un libro o solo en 140 caracteres es admirable, llegando incluso a escribir con sentimientos cualquier cosa, por muy absurda que sea. Llegando incluso, a descubrir a un Risto romántico, detallista, perspicaz incluso. A un escritor, si se me permite llamarlo así, que abunda más en las historias cotidianas que en algo ficticio.
Desde aquí, mi más sentido apoyo y admiración al Señor Risto Mejide.
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