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domingo, 7 de junio de 2020

Hoy hace veinte años que mi madre falleció.

Hoy, siete de junio, hace veinte años que mi madre falleció. Recuerdo de ese día el sol, si pienso en el primer recuerdo que me viene a la cabeza de ese día es cómo brillaba el sol. Luego recuerdo a mi tío llorando en el portal, y mi madre sobre la cama sin reaccionar. Y el silencio. Me llevaron al kiosko donde trabajaba el amigo de mi abuelo y me dieron todo los helados que quise, luego, mi tío chico me llevó con su amiga la cual me puso la Nintendo con el Súper Mario, la mequetrefe como la llamaba mi abuelo. Siempre había silencio, nadie hablaba y yo tampoco lo hacía. Después recuerdo que se hizo de noche y que mi abuela no venía, y a las diez me recogió mi tía para llevarme a su casa, y allí me quedé durante un mes, hasta que pude volver por fin a casa de mis abuelos de visita. En ese mes no vi a nadie, recuerdo que mi primo y yo jugábamos en el parque más cercano del piso de mi tía, de vez en cuando mis abuelos se acercaban al parque para verme, pero no se acercaban a mí, por miedo quizás, o tal vez por el recuerdo.
Cuando por fin pude volver al piso de mis abuelos me senté en un escalón del bloque a llorar porque no quería volver a casa de mis tíos. De ellos recuerdo el cachondeo que pasábamos en la noche mi primo y yo cuando llegaba la hora de dormir. Él dormía en su cama y yo en un colchón bajo sus pies. Cuando se levantaba en la noche me tocaba con un pie para decirme que se iba un momento pero que ahora volvía para que no me asustase. De mi tío recuerdo el miedo que tenía a hablarme, y cómo cada vez que me miraba agachaba la cabeza y la movía de un lado a otro al recordar lo que había pasado. De mi tía recuerdo su cara con los ojos tristes cuando me miraba porque su hermana ya no estaba, y aunque nunca me parecí a ella si no que fui un calco de mi tía, yo existía porque ella existió. Todo se hizo muy rápido. Cuando volví  a casa su dormitorio ya no estaba, mi tío chico pintó el cuarto de rosa porque ahora por fin podía tener dormitorio y dejar de dormir en un colchón en el salón. Nunca dormí allí. Cuando mi bisabuela murió, mi abuelo heredó el piso y mi tío se fue a ese piso a vivir, como era el piso de al lado, mi abuela me hizo allí el dormitorio, porque yo tenía trece años y seguía sin querer dormir en ese dormitorio. Dos meses después de morir mi madre, en agosto, apareció mi padre, gritó el nombre de mi madre por la ventana y me asomé yo para hacerle subir. No entendió nada, él no sabía nada. Al ver el dormitorio nuevo y las paredes rosas me dio un beso y se marchó. Y ya no volvió. Días después mi abuela se peleó con mi otra abuela en la puerta del Supersol, una tiraba de mí de un brazo y la otra tiraba del otro brazo. Recuerdo de ese día el sol, otra vez el sol brillante, y el suelo de la calle, mi pelo moviéndose hacia donde me tiraban, y mis pensamientos con los ojos cerrados pidiendo que eso terminase ya. Y entonces, mi relación con la familia de mi padre acabó, porque mi madre les hizo prometer nada más nacer que nunca me dejasen con mi padre ni con su familia, y cuando ella murió se recorrieron toda Sevilla para que yo fuese legalmente de ellos y no de mi padre. y entonces desapareció, y no lo volví a ver nunca más. 
Le eché mucho de menos, sobre todo en la adolescencia, porque mi madre ya no estaba pero el sí que estaba ahí, y yo notaba un vacío muy grande y no sabía cómo llenarlo. Cuando cumplí los diecisiete me revelé contra toda la familia, y solo una persona consiguió que todo el rencor que tenía guardado desapareciese, porque Rafa, mi profesor de gimnasia (te debo tanto, tío) me hizo comprender que el rencor era para nada. Y les pedí perdón a todos, en silencio, pero se los pedí, porque de mi madre no se hablaba nunca en casa y decirles a todos lo que sentía era hablar de ella y de mi padre. 
Cuando tienes siete años y tu madre se muere no sientes nada. Ves las cosas que tienes alrededor como si no estuviera pasando, es como si te metieses en una burbuja y todo se quedase nublado. Cuando pasa el tiempo llega el dolor y de repente lloras sin razón  y nadie sabe lo que te pasa, ni siquiera tú sabes lo que te pasa. Al cabo de los años vas entendiendo que todo el mundo tiene padres menos tú, y el dolor se va desvaneciendo.
En el 2017 se estrenó una película llamada Estiu 1993, verano 1993 para los que no sepáis catalán. La directora, Carla Simón, perdió a su padres por el sida con tres años (al padre) y con seis años (a la madre). Cuando pensé en escribirle algo a mi madre quise plasmar lo que sentí cuando ella murió, pero mientras pensaba en cómo contarlo solo me venían a la cabeza imágenes de esa película. Y en la película sale justamente el sentimiento, aunque más que el sentimiento, es la burbuja en la que te encuentras, la burbuja en la que sientes que vives hasta que de verdad te das cuenta de lo que ha pasado, porque sí, lo entiendes desde que eres pequeño. Yo recuerdo que en el colegio nos dijeron, la gente nace, crece, se reproduce y muere, y cuando tu madre muere tú sabes qué significa eso, que ella ya no está más y nunca lo va a estar, pero no sientes eso, no lo notas, porque vives en una burbuja y todo lo ves nublado. 
A mi madre le diría que creo que lo estoy haciendo bien. Que me veo bien y que todos estamos bien. Que se puede quedar tranquila porque los mismos años de su fallecimiento son los mismos que llevo sin tener contacto con mi padre. A veces la culpaba a ella de que mi padre se fuese, otras veces a él, porque veía que él era el adulto y que era su obligación venir a buscarme, luego comprendí que no todo el mundo nace para tener hijos, y que es egoísta tener que quedarte con un niño por obligación. No sé si se arrepintió de dejarme alguna vez, yo me arrepentí muchas de no irme con él, pero entonces comprendí que los dos estábamos mejor sin el otro, y que ninguno de los dos habíamos elegidos tenernos mutuamente. Cuando vives con alguien por obligación nace el odio y el asco, porque todo te da asco ya que eso no es lo que tú tenías planeado hacer, tampoco es lo que tú quieres hacer, y luego aparece el odio, porque te odias a ti mismo por haber sido padre, a tu hijo por serlo, y a tu vida, por haberte hecho cargo de un niño del que no quieres encargarte. A veces también le rezo a ella, y a mi abuelo. Cuando vi el documental que hizo Radio Televisión Española a Lola Flores me reí al ver una escena en la que Rosario Flores decía que cuando no sabía qué hacer le rezaba a su hermano y a sus padres, creo que estas cosas son las cosas que hacemos los ateos, que como no tenemos a Alá, Dios, Buda o Isis, le rezamos a nuestros familiares. Cuando quiero que algo salga bien acudo a ellos y les digo; abuelo, mamá, que esto vaya bien. Al final estudié, y terminé por fin de estudiar, yo que lo veía eterno. Luego me di cuenta que como dijeron mis tíos prefiero trabajar antes que estudiar, y que por mucho que alguien te diga, eso lo dices ahora, no, lo sigues diciendo, yo nací para trabajar, no para estudiar. A veces no fui la mejor, el odio y el rencor se apoderaron de mí porque no me vi suficiente, ni vi suficiente todo lo demás que me rodeaba. Veía que todo se había juntado para que solo a mí me fuese mal, sin padres, con una familia distante en plena adolescencia, cuando en realidad la que estaba distante era yo y no los demás, la lejanía que sentí con antiguos amigos, el hecho de que el bar donde me crié cerrase y todo el mundo acabase peleado con todo el mundo. Tal vez por eso acabo peleándome tan fácilmente con la gente, porque igual siento que si al final veo que no me aportas nada, te dejo ir. O a lo mejor el problema lo tengo yo y es mi personalidad la que hace que me pelee con todo el mundo. También heredé tus manías, las dos por lo menos que más recuerdo, tu forma de sentarte con las piernas dobladas y la del pié, esa manía que siempre odió tu hermana, el estar tendida o tener la pierna extendida en alguna parte y comenzar a mover el pie como si estuviese acariciándolo con la mano. Todavía recuerdo ciertos olores, y el dormitorio entero, tal y como estaba hasta el día que moriste, la cama con las sábanas blancas, el ropero en frente de la cama con mis dos pegatinas de las Spices Girls, la cajonera con las alhajas y todas las cosas para el pelo, y la ventana abierta sin cortinas. Y la ropa, la ropa que llevabas, el pantalón negro y la camiseta de rayas blancas y negras, como si fuese el uniforme de un presidiario. Ese día lo recuerdo como si fuese hoy, nunca mejor dicho. Hoy es un día raro, no brilla tanto el sol y hace fresco, creo que el sol brilla cuando algo pasa para cambiarnos completamente, como cuando se divorciaron las dos tatas, que también brillaba el sol, o como cuando el Carlos se casó, que para ser noviembre brilló mucho el sol. A veces verte en sueño me daba miedo, cuando era pequeña soñaba mucho contigo, de adolescente también. Después de morir el abuelo desapareciste, y todo los años acabas volviendo, pero ya lo sueños no son como eran antes, tan oscuros, tan siniestros, ahora apareces de la nada como si en lugar de morirte hubieses estados tantos años de viaje. La abuela repite mucho que hoy es siete, yo me acerco a ella y le doy muchos besos para que no sienta tanta pena. Eras mi madre, a lo mejor lo único que querías es que fuese feliz, no pudimos hablar de esto, yo era muy pequeña y tu viviste muy poco. Te podría decir que soy en lo que tú querías que fueses pero no sé qué es lo que tú querías que yo fueses, religiosa, eso sí, pero no para meterme a monja. Te salió una hija atea, qué se le va a hacer. Y lectora, como tú, también escritora, aunque tú eras más de poemas. Tenemos el mismo pelo, creo que es en lo único que me parezco. A veces olvido tu cara. Otras la recuerdo tan nítida que me da escalofríos. Te quise mucho, para mí eras mi todo, porque tú eras lo único real que tenía, lo único que verdaderamente importaba. Cuando mi padre venía a buscarme sabía que si él se portaba mal podría llamarte a gritos y sabía que vendrías corriendo a buscarme, porque nunca dejaste que me fuese con ellos más allá de la zona del barrio donde vivíamos. No sabría que decirte si de repente aparecieses ahora, tampoco sé que escribirte. Igual lo único que elegiríamos las dos sería darnos besos y abrazos.
Y que esto sigue doliendo, mamá, que esto duele. 


martes, 21 de abril de 2020

Cementerio Viviente

Iba a hacer un hilo en Twitter contando mi vida con una película de terror en concreto a raíz de un retuit que hice pero como la historia es larga, he decidido explayarme sin escatimar en detalles y publicarlo aquí. Cementerio viviente, o Pet Sematary, que hoy hace 31 años que se estrenó y además, es la única película de terror que me da miedo. Sí, yo. Miedo con una película de terror.
Voy a hablar de la familia de mi madre porque por parte de padre la verdad es que tengo más familia pero no tengo ninguna relación. La cosa es que soy veinte años más joven que mi tío tercero y catorce que mi tío cuarto. Yo vivía en casa con mi bisabuela, mis dos abuelos, mi madre y mis dos tíos chicos. Como éramos muchos en un piso pequeño de sesenta metros, yo no tenía dormitorio, mi cama era un colchón pequeño que se ponía en mitad del salón, mis juguetes se guardaban detrás de la cortina y mi ropa estaba repartida por todos los roperos que había en el piso. Mi madre nunca le dio importancia a las cosas que salía en la tele pensando en que si eso era o no, lo más adecuado para un niño, en mi casa a nadie nunca le gustaron los dibujos y con mi llegada eso no iba a cambiar, así que ponían las películas que querían ver ya hubiese sangre, sexo, violencia, drogas o abusos. Mi tío, que fue como mi padre, me llevaba todas las semanas al videoclub y me dejaba escoger la película, miré las que estaban agregadas nuevas y vi que se encontraba Cementerio Viviente, entonces miré a mi tío y le dije; quiero ver ésta, a lo que mi tío me respondió; esa está en la casa, la tengo en cinta. Me negué a escoger otra pese a que me dijo que lo hiciese, así que esa vez escogió él y le pedí que me pusiese la película nada más llegar, porque no teníamos lector de cintas, si no que teníamos que enchufar la cámara al televisor y reproducir la cinta desde la cámara.
Cuando yo vi la película, me dio miedo dos escenas, la primera vez en mi vida que una película de terror me daba miedo en escenas que ni siquiera daban miedo.  
Cementerio Viviente se convirtió en una de mis películas favoritas (de todas las que tengo, algún día publicaré la lista) y la ponía años tras años, y en esas dos escenas que me daban miedo, corría en busca de mi abuelo para esperar a que la escena terminase porque había visto la película tantas veces que me sabía la duración de la escena. Cuando a los años fuimos a ver El orfanato, yo era ya crecidita, tenía catorce años, la película a la gente le sorprendió porque no vieron nunca nada igual y tal, y recuerdo perfectamente la escena más espectacular de la película que es la de Geraldine Chaplin haciendo de médium entre los vivos y los muertos y, ¿qué estuve haciendo yo mientras todo el mundo estaba embobado? Con los ojos agachados porque Geraldine me daba miedo y entonces comprendí que, además de los globos, los petardos, los fuegos artificiales, el descorcho de una botella, las escaleras... también me daba miedo la gente que es muy delgada. Entonces comprendí que siendo de poco miedo Cementerio de Animales, cómo era posible que esa película me diese miedo, sobre todo en escenas que no tenían nada de miedo, y vi que en las tres escenas que no daban miedo lo que me inquietaba era la delgadez.
Hoy hace treinta y un años que se estrenó Cementerio Viviente, cabe decir, que no hace falta que especifique que se trata de la versión de 1989 dirigida por Mary Lambert. A día de hoy todavía me da pavor ver esas escenas, porque me sigue dando miedo y prefiero agachar la cabeza cuando aparecen esas escenas para  así evitarme mal cuerpo, pero pese a todo, no se podría haber hecho nunca mejor una película de terror como Cementerio Viviente.
Las dos escenas que me dan miedo por si tenéis curiosidad son la muerte de Missy y la de Zelda

Susan Blommaert (Missy); Andrew Hubatsek (Zelda); Brad Greenquist (Pascow)

El personaje de Zelda lo tuvo que hacer un hombre porque en los castings no encontraron a una mujer tan delgada para llegar a hacer de Zelda. Especial mención a Pascow porque su personaje es lo más.
He sufrido poniendo los enlaces y las fotos, así que por favor tener en cuenta esta entrega que he hecho con la publicación porque tengo ahora mismo la barriga encogía. 

A Dale Midkiff

lunes, 20 de enero de 2020

La mala educación



He hecho una reflexión sobre el pin parental y el estudio de la asignatura de Historia en toda la etapa estudiantil, no sé si se va a entender bien, pero creo que el concepto queda claro. 


Sobre el Pin Parental.

Tengo 27 años, terminé de estudiar a los 21. He recibido creo, cuatro charlas en mi vida. Una con doce años sobre el periodo cuando había niñas que con nueve años ya se habían puesto malas por primera vez, otra un tiempo después, sobre la prevención a la hora de utilizar las redes sociales, después, dos sobre sexualidad, en las dos de sexualidad teníamos quince y dieciséis años, solo los de tercero y cuarto de ESO fueron los que recibieron clases de sexualidad. En la primera hablaron sobre todo de las enfermedades sexuales, recuerdo que nos pusieron un PDF con todas, y recalco todas porque fueron muchísimas diapositivas, las enfermedades sexuales que hay en el mundo, con una foto del virus visto desde un microscopio, una descripción en tres frases cortas de cómo era la enfermedad y si se curaba o no se curaba, la siguiente charla, fue expresamente para hablar del sida y también nos explicaron cómo poner un preservativo y cómo tener que utilizarlo para que no se rompa (lo típico de no le claves las uñas y eso).
Nunca, nadie, nos habló de los diferentes tipos de géneros, ni de gustos sexuales ni nada parecido. Soy una niña de la Expo de Sevilla, nací al mes de terminar la Expo 92, para que entendáis mi generación. He visto como la lesbiana de clase era la rarita, y maricón se usaba como un insulto. Yo siempre he tenido dudas sobre mi sexualidad, de hecho mi sexualidad me la descubrió una chica de trece cuando yo tenía quince. Desde que estaba en primero de primaria (seis años supongo que tendría) veía que me gustaba de la misma forma que veía al chico que tenía delante de mí como la chica que se sentaba a mi lado. He llegado a llorar de rabia estando en la ESO porque no entendía el por qué de mi confusión, hasta que una chica más pequeña me dijo; yo no te voy a enseñar nada, cuando llegues a tu casa pon en Google bisexualidad y lee. Y cuando terminé de leer la wikipedia vi una luz.
Tuve una vez una profesora que dijo que los profesores no están para educar, si no para enseñar, y yo quiero que se enseñe a ser buenas personas en el colegio y que se quiten asignaturas absurdas como Educación para la Ciudadanía, en la época en la que yo la estudié la profesora ni siquiera seguía el temario que le dijeron que tenía que enseñar, se ponía a hablarnos de los viajes que hacía o nos contaba la película que había visto en la tele.
He llegado a escuchar de parte de gente muy cercana que está a favor del pin que están muy de acuerdo porque no quieren que vaya un drag queen a darle clases a los niños. Necesitamos más respeto en el mundo, y más comprensión para nosotros mismo sobre todo – porque seguro que hay veces que ni nosotros nos entendemos –, y para los demás, y necesitamos cambiar la educación, hacer que los niños se integren entre ellos, y hablar más con los chavales joder, y hablarles de cómo se van a sentir y de cómo se sienten cuando son adolescentes, de los problemas del alcohol, el tabaco y las drogas más duras, que hay gente que pueden tener enfermedades mentales como los trastornos alimenticios o la depresión que son las enfermedades más comunes, que es normal que se frustren y que se sientan raros, y que se tienen que respetar si el compañero de clase es gay o es transexual, y por mucho padres que seamos, nadie como un psicólogo especializado en depresión te va a hablar igual de bien de la depresión, ni nadie que no haya sufrido bullying en el colegio te va a hablar mejor de eso. Necesitamos más charlas para los chavales, para hablarles de las redes sociales de nuevo porque parece que hay cosas que no cambian, de la sexualidad, de los problemas que da las drogas y del daño que pueden hacer a otro compañero al que hace bullying.

Sobre la educación.

Creo que comparando el cómo se encuentra la educación en España, esto me parece una gilipollez, con perdón por la palabra. 
Me he llevado diez años de mi vida escuchando hablar de los Reyes Católicos y de los árabes, a veces hablaban sobre el Cid, nos llevaron incluso a ver una película sobre él, pero siempre volvían a lo mismo. No se me olvida a mí en la vida esto, lo cuento tal y como ocurrió. Cuarto de la ESO, estábamos terminando el tema que tocaba, a un alumno le da por avanzar las páginas para ver cuánto falta por acabar el tema y vio escrito Franco, los alumnos contentísimos porque iban a dejar de hablarnos de los puñeteros Reyes Católicos. Lee la profesora la última frase del tema de los Reyes Católicos, y sigue avanzando el libro. Mi profesora lee lo que pone en libro; Pues esto es lo último de los Reyes Católicos, entonces ahora lo que pasa es que llega el 36, hay una guerra, después llega el 39, se termina la guerra, aparece Franco, muere Franco, aparece la constitución, y actualmente, el presidente del gobierno es José Luís Rodríguez Zapatero. 
Yo no sé la cara que le pusimos a la profesora que nos preguntó qué nos pasaba, nos dijo que quedaba más de media hora de clase que tenía que empezar un nuevo tema. Nos negamos, y la profesora dijo que comprendía que estuviésemos cansados pero que teníamos que continuar. Nos volvimos a negar, y le explicamos a la profesora que lo que nos pasaba era que solo habíamos dado clases sobre los Reyes Católicos y los árabes. La clase, por el cansancio, comenzó a hacer elucubraciones; ¿quién estaba antes?; El del bigote; Sí el Aznar. Yo intervine; ¿ves Carmen? Nos podían hablar de los diferentes presidentes, el Aznar, el Zapatero, Calvo Sotelo. Varios chicos me miran, y uno dice, ¿quién es Calvo Sotelo? Y me da por mirar alrededor, y me veo a muchos alumnos asintiendo. Entonces yo, que soy de sangre caliente, muy pasional, digo; ¿me quieres tú a mí decir, que llevamos diez años escuchando hablar de lo mismo, habiendo gente que no sabe quién fue Calvo Sotelo?
Todos los nuevos gobiernos llegan con la cantinela de crear un país mejor, partidos más antiguos como partidos más nuevos. Cuando consiguen posicionarse, ¿qué hacen? Crear leyes nuevas. SI ES QUE NO HAY QUE CREAR LEYES, lo que hay que hacer es cambiar las que ya existen. Llevan muchos años gobernando PSOE y PP, cuando salía el PP, quitaban leyes educativas del PSOE, cuando salía el PSOE, ponían sus leyes educativas y quitaban las del PP, cuando volvía  a salir el PP, lo mismo, quitaban las del PSOE y volvían a poner las suyas. 
Cuando cambien la educación, que cambien lo que quieran, que prohíban o no prohíban hablar de temas, que si charlas que si hostias, que parece que todo el mundo llega a la política como el nuevo salvador, pero en lugar de cambiar las cosas crean medidas buenas. Hay que cambiar las asignaturas en educación, no se pueden tener asignaturas en la que los niños no hagan nada porque es una hora para hablar de algo o porque la asignatura se llama convivencia, cuando nadie después aprovechaba esas horas para contar algún problema, si no que se hacían los deberes, eso es así. Hay muchas horas perdidas, en la concertada, se cortan varias horas de clases para dar misa. ¿Qué clase de educación estamos dando entonces? Si los chicos van a clase desganados, tres horas a la semana se perdían por asignaturas absurdas, tan absurdas incluso para los profesores que daban la hora libre para hacer lo que le diesen la gana a los chavales, como Tutoría. Los miércoles en todo el tiempo que estudié, siempre fue los miércoles. Cuando alguien tenía un problema y acudía al tutor siempre era la misma respuesta, hoy no toca tutoría, dímelo el miércoles en tutoría. ¿Qué pasaba cuando llegaba el miércoles? Que el profesor o profesora le preguntaba al alumno/alumna qué era lo que tenía que contar, y el chaval/chavala le decía que ya lo había solucionado. ¿Qué es eso de esperar a que llegue un día en concreto de la semana para hablar de los problemas?
Ojalá que el problema educativo que hay en España se solucionase poniendo o quitando un pin, como si esto fuese ahora la entrada de una discoteca.

viernes, 29 de marzo de 2019

Yo por ti cambiaba el mundo



No sé si uno nace gay o se hace con el tiempo, lo que sí sé es que no nacemos con conciencia de clase, al igual que no nacemos con rencor, odio o racismo. Te vas dando cuenta con el tiempo de las cosas que te mueven; el poder y el dinero, o el amor y la libertad. Yo no nací con nada de lo que soy ahora, como cualquier otra persona. Mi abuelo me hablaba de pequeña de Franco y de política, y yo llegaba a clase y en el recreo, cuando salíamos todos los niños al patio, les hablaba a mis compañeros de Franco, y estos, llegaban a sus casas y les decían a sus padres que la Scheherazade les había dicho que hubo un hombre bajito que mató a mucha gente. Los padres de mis compañeros se acercaban a mis abuelos y les preguntaban que por qué la niña siendo tan chica sabía de Franco, y entonces mi abuelo en casa me sentaba a su lado y me decía que había cosas de las que no se podía hablar, y me contaba historias de la Mili, y de cómo se cagaba en Franco mientras cantaba Suspiros de España. Yo de pequeña le curaba la pierna, porque en la Mili cogió una enfermedad que le dejó problemas en la piel durante toda su vida. En casa, utilizaba un bote de gasolina que todavía conservaba de aquellos tiempos, para matar a las hormigas en verano, y yo siempre me alejaba de él cuando le veía con el bote de gasolina porque una vez la gasolina me salpicó en la babucha, y pensé que si se ponía a fumar a mi lado podía salir ardiendo. Por la tarde, cuando se acostaba, le cogía un cigarro y me lo ponía en la boca y esperaba a que se levantase, para ver documentales sobre cualquier momento de la historia en España, sobre todo de ETA, la monarquía de Juan Carlos I, o el 23F.
                               

Nunca creí ser pobre, siempre vivimos en un barrio obrero pero nunca escuché como lo hice con mis tíos los problemas de llegar a fin de mes o los pagos de la hipoteca. Yo le decía a mi abuelo que quería algo y él me lo compraba, aunque sí que fue verdad que lo que pedía eran cosas pequeñas y de los veinte duros. Mi abuelo me enseñó que lo importante eran las experiencias, y siempre me decía Sal y disfruta. Salíamos todos los fines de semana, a veces, a las diez de la mañana ya estábamos montados en el coche, y cuando llegábamos al sitio para comer a las dos de la tarde, nos encontrábamos en la sierra de Cádiz. Viajamos muchísimo, y siempre era todo una fiesta. Mi abuelo siempre estaba ahí, y creció un poco más cuando nací yo. Fue un hombre de los antiguos, como todos los de aquella época. Antes de nacer yo, no sabía cómo hacer café, pero cuando nací yo, algo dentro de él cambió. Por las mañanas era el que se levantaba a hacerme el desayuno (café con un poco de leche y tostadas con aceite y jamón) (Sí, bebo café desde pequeña), me llevaba al colegio en coche, y no me dejaba bajar de él hasta que no sonaba el timbre para que no esperase con frío. A la salida me recogía, y cuando empezaba a hacer calor, abría el techo del coche. Me enseñó a hacer leche frita, siempre que iba al Carrefour me compraba un paquete de palomitas, cuando de noche tenía sed, se levantaba a llevarme agua cuando le gritaba que quería beber. Se sentó a mi lado junto a mi madre una noche de verano que no podía dormir, me llevaba al hospital cuando se me llenaba el pecho de mocos por culpa de la bronquitis, cuando tenía clases extraescolares, me llevaba y esperaba en la puerta del colegio a que terminase las clases para volver a casa, y siempre que quería hacer algo, ahí estaba él para ayudarme a conseguirlo.
Insistió toda su vida en que no me casase, y que lo que yo tenía que hacer era vivir. A mis tías cuando les informó que se casaban les dijo que no se casasen, que eso era para nada y que lo que tenían que hacer era arrejuntarse sin necesidad de casarse. Aprendí todo lo que pude, y me enseñó todo lo que él pudo. Aprendió leyendo, porque se salió del colegio para trabajar, leía libros sobre la historia de España y se compraba un periódico a la semana porque su amigo se lo leía entero y él también quería. Los sábados noches eran para la política, y los domingos de películas. Conmigo veía CSI y yo con él veía el fútbol. Estaba obsesionado con que durmiese ocho horas seguidas, y siempre que me veía trasnochar, contaba cuánto tiempo dormiría según la hora a la que me levantaba al día siguiente. A mi primo y a mí nos decía los regalos que nos iban a comprar por Reyes, pese a la insistencia de mi tía y mi abuela en que no lo hicieran. Recuerdo una vez viendo en las noticias que hablaban de ETA, que me dijo que las cosas no se hacían matando, y que ninguna ideología debería permitir esas cosas. No sé cuánto exactamente supo nunca de política, pero él decía que era rojo, ni comunista ni de izquierdas, rojo, y que tampoco era español, que él era extremeño. A veces cuando se enfadaba con Andalucía decía que los andaluces éramos imbéciles, y entonces me miraba a mí y decía que creía en un futuro mejor, cosa que ahora me pongo a pensarlo, y creo que estamos peor. Pero él ya no está aquí para verlo, porque hoy hace siete años que murió.

No sé si estamos peor o mejor a ojos de cómo él miraba el mundo, pero vamos avanzando; voy avanzando. Hago lo que puedo, a veces lo que no debo, disfruto como él me enseñó, y sigo sin acumular cosas absurdas que siempre me decía que no me aferrase a ellas pese a que al final me las acababa comprando. Por la calle siempre me preguntan si soy la nieta del Cachorro o la nieta del Canito, depende de qué persona le conocía con según qué mote, y pese a que tenía nombre, como siempre fuimos un pueblo más que un barrio, a él nunca le llamaron por su nombre. Me saqué el carné, sigo queriendo la moto, eso sí, aunque siempre le dio miedo, he viajado con familia y con amigos, he salido, he bebido, he fumado, y he fumado… He trabajado, por fin, con contrato, con nómina y hasta con finiquito. Estudié lo que siempre le dije que quería estudiar para trabajar en una empresa, sigo sin ser religiosa, me encargo de mi abuela como siempre se encargó él de ella, me sigue gustando mi pelo y no me lo quiero alisar, no tengo hipotecas, tampoco casa que no sea compartida con nadie, sigo sin tener gatos en casa, pero, lo que más me falta, es el tatuaje que te debo.
Porque todo pasa güelo, como siempre me decías.


domingo, 17 de marzo de 2019

CocoRosie habla de Marilyn Manson en una canción


Estoy rememorando viejas costumbres. Echaba de menos escribir escuchando a CocoRosie, pero el último disco no me gusta. Pese a los años, sigo echando de menos a Gael. 
Llevo varios años con el mismo cuaderno, un cuaderno morado de lino chino con unas hojas sin apenas grosor, que si le das un soplido se rompen. Escribo en mi cuaderno de Berlín con boli de cuatro colores pasteles, como el de los noventa. A veces echo de menos lo antiguo, tal vez por eso el nuevo disco de CocoRosie no me guste, (A ver, nuevo… Tiene cuatro años).
Aunque es verdad, que me estoy adaptando al estilo de la vida de los demás, porque a veces hay que adaptarse, y disfruto de las cosas que para mí son nuevas. También he descubierto el por qué gusta tanto Friends, sí, he empezado a ver Friends.
Como siempre que comienzo una serie a la que no le tengo muchas expectativas o que sé que no me va a gustar iba desganada. Primero la vi en Español, pero al llegar al capítulo 3 de la primera temporada, me fijé en los labios del personaje de Phoebe diciendo <<No son míos, no son míos>> y me chocó la forma en la que en inglés lo dice porque no me sonaba el ritmo a como lo dice en Español, entonces me lo puse en versión original, y madre mía, no hay color. Creo que por eso nunca me gustó Friends, porque en Español parece otra serie completamente diferente y en algunas frases, el juego de palabras es imposible de traducir, y por mucho que se le busque una traducción muy parecida, no tiene la misma gracia que en la versión original. Me parece muy buena serie, porque en ningún momento los personajes pierden su esencia. Recuerdo una vez una crítica que hizo un Youtuber sobre todo lo malo que tenía The Big Bang Theory, y que una de las cosas que le fallaba a la serie, era que los personajes te lo presentaban de una forma, y que al poco tiempo cuando salía de nuevo el personaje, era otra persona completamente diferente. En Friends, los personajes son los mismos, avanzan con cada capítulo, aprenden de sus errores y se apoyan entre ellos. La amistad que tienen es una maravilla, y tiene muchos buenos momentos. También, en parte la vi por Matthew Perry, porque me salió en recomendados de Instagram un vídeo donde rememoraron una escena de la serie, y al ver el final del vídeo me acordé de él, y fue a los pocos días que me dije; pues voy a ver Friends.

lunes, 25 de febrero de 2019

El embrollo catalán resumido en una palabra



Esta mañana, viendo la misa en TreceTV he recordado una frase que me dijo el cura de mi barrio. Entiéndase esta frase como religiosa al ser un cura.
La enfermedad que ahoga al mundo es la soberbia, porque somos demasiados soberbios y no pensamos en los demás.
No sé por qué, pero me vino a la cabeza la independencia de Cataluña.
Yo escuché sobre la independencia de Cataluña en la tele, como todos, a partir de la entrada de la CUP en el Parlament de Catalunya, pero no me paré a pensar en el por qué hasta que no leí el libro de Antonio Baños, La Rebelión Catalana.
Hay un ejemplo muy bueno que aparece en el libro, que dice algo parecido a esto.
España son los padres, y los chavales de dieciocho años son Cataluña. Un chaval va a su madre y le dice, mamá, dame un euro porque quiero comprarme un paquete de patatas, y la madre le dice, toma, treinta céntimos, avíate con eso. Y por eso nos queremos independizar.
El único partido político que le puso solución a la independencia de Cataluña (allá por el 2016, no doy con la noticia) fue Podemos, proponiendo un autogobierno de todas las comunidades autónomas, que es en realidad lo que quiere hacer Cataluña.

AUTOGOBERNARSE.

Se pueden sentir españoles, más, menos, querer más o menos las demás ciudades del Estado, pero todo se soluciona entendiendo que lo que quieren es tener autogobierno. Olvidaos de las peleas en televisión, de todas las veces que se han gritado, de todas las horas en los programas. Lo que en realidad quieren es simplemente, controlar Cataluña sin tener que pedirle permiso a España.
Y esto me lleva también, a que como la excusa que sale en la tele es que no quieren ser españoles, las reacciones que tienen las personas cuando oyen que les encanta España pero que no son parte de ella, no las entienden, pero esta es la conclusión que yo he sacado pues así ellos lo han explicado.
Nosotros estamos en España, y España, junto a otros países pertenecen a un continente. Nosotros somos españoles porque hemos nacido aquí y así nos sentimos, pero, ¿nos sentimos europeos? No, algunos sí, pero en mayoría no. Tenemos simpatía con los demás países como Francia e Italia, que a todo el mundo le encanta, pero por lo general no nos sentimos Europeos como tal.
Pues eso es lo que pasa con la independencia.
Ellos viven en un continente llamado España, donde hay diecisiete países (diecinueve con Ceuta y Melilla) cada país, tiene aprecio a los demás países, pero el continente no les importa.
Podría añadir muchas cosas más, pero en realidad, ese es el resumen del por qué se quieren independizar.

Sábado, 23 de Febrero. 


lunes, 7 de agosto de 2017

Los sueños, sueños son.

Ayer me acordé mucho de CSI, porque a mi abuela le agrada la mujer pequeña que sale en NCIS, que tiene unas iniciales parecidas a CSI, y me he puesto hoy a continuar por donde lo dejé (capítulo quince de la temporada diez). He estado mal últimamente, en realidad no mucho, pero yo soy una exagerada, y es que el mes de agosto siempre me pone muy mal, porque es cuando más aprieta el calor, y la gente utiliza más aparatos eléctricos y me da durante más tiempo la migraña. 
Soy asidua a ver vídeos en Youtube y he descubierto que una de las cosas que más me molesta es que haya personas que tengan la capacidad de estudiar y no ejerzan de lo que han estudiado porque para gente como yo, que les cuesta muchísimo aprenderse una sola página de un libro, el ver que hay gente que pueden estudiar pero no lo hacen, molesta, aunque cada uno es libre de hacer lo que quiera porque sí que es verdad, el tener estudios tampoco te asegura tener un trabajo. Y hablando de estudio, este año vuelvo a estudiar, y continuaré aprendiendo catalán y rellenaré mi vocabulario de inglés, que lo tengo un poco apartado.
Cuando no escribo hay algo dentro que se me muere, pero es que con el calor se me muere todo, como a mi tía, que no tiene fuerzas para hacer nada, y a mí me pasa, que intento escribir, escribir mucho, más que pintar, aunque también pinte, pero no me sale nada, menos hoy, que como estoy viendo CSI me está saliendo letras, pero no consigo pintar, pese a que tengo varias ideas para hacer.
Una vez una profesora nos dijo que nos arrepentiríamos cuando dejásemos de estudiar, pero yo le dije que no, que en mi caso seguro que no, y ahora sigo sin darle la razón, porque no es que yo no quiera estudiar, es que mi cerebro no conecta cuando quiero estudiar, y me cuesta mucho, y siempre tendré esa espina clavada, la de no haber podido tener una mejor cabeza para los estudios, porque eso no era cosa mía, de verdad, yo ponía todo mi empeño, pero las cosas no se me quedaban, y nunca pude aprenderme las cosas que me mandaban a estudiar, por lo que desistí para ser CSI, y ese es el único sueño frustrado que tengo, el haber sido CSI.
Y aunque haya descubierto mi verdadera vocación, y me dé cuenta de lo feliz que soy ajustando cuentas y trabajando en una oficina, yo siempre seré CSI en mi corazón.
Los sueños, sueños son. O eso dicen.


Para Sara Jorja Fox.

viernes, 16 de junio de 2017

A mi tío.

El miércoles 14, mi tío murió de cáncer de huesos. El día que nos dijeron la enfermedad que tenía, hice este dibujo.

Yo le conocí muy poco tiempo después de morir mi madre. Mi tía se había divorciado y como era del barrio, se le acercó un día a preguntarle si podía conseguirle un perro como el que tenía su padre. Poco tiempo después se convirtió en mi tío, y al igual que mis tíos biológicos (por parte de madre) hizo conmigo lo que mi padre no hizo. Me llevaba a la playa y al campo. Muchas veces me recogió de clases, nos íbamos de vacaciones juntos y hablábamos mucho de música, porque a él también le gustaba el Heavy, como a mí. También leía, pero no era de comprarse libros, sino que me los compraba a mí, para que al leerlos, se lo dejase.

Mi tío era una de las personas más sanas que he conocido. Sí que fumaba, es cierto, pero fumaba muy poco, se podía llevar un mes completo con el mismo paquete de tabaco. Nunca bebía, ni alcohol fuerte ni suave, como una cerveza o una copa de vino. No bebía refrescos, ni siquiera zumos. Cuidaba su alimentación, comía mucha verdura y consumía productos ecológicos y huevos de granja. A los 32 años, le diagnosticaron diabetes, y a los cuarenta le dijeron que tenía una enfermedad en los huesos. Murió con 42 años, siendo una persona sana, que hacía ejercicio todos los días.

Esto puede parecer la típica frase que se ve por Internet o en los típicos vídeos que se hacen famosos en Youtube, pero es que tienen razón.
Todos nos vamos a morir, y que seas más o menos sano no te va a hacer tener una muerte más o menos agradable. Yo soy fumadora, y he escuchado miles de veces que me voy a morir que me estoy matando o que qué sentido tiene fumar. Mi tío estuvo agonizando dos meses antes de morir, y no sabía qué sabor tenía la Coca Cola, ni siquiera nunca le dio un sorbo a una copa de vino o de champán.

Vive, es lo único que vas a tener en la vida. Vive como puedas, fuma todo lo que quieras, come toda la comida basura que te apetezca, engorda lo que te de la gana, no te pongas a dieta si no quieres hacerlo. Vete al país que siempre quisiste visitar, deja tu trabajo sin miedo, peleate con quien te tengas que pelear, que no te dé reparo en dejar de hablarle a alguien por muy jefe, vecino, familiar o amigo que sea, no sigas la estética que te dicen para que parezcas mejor o peor persona. Hazte todos los tatuajes y piercings que te dé la gana, cómprate todo lo que te apetezca, pero vive, lo jodidamente mejor que puedas.

Vuela alto, Manu. Muy muy alto, con tu música.




jueves, 23 de febrero de 2017

Equivocarse es aprender

Equivocarse es aprender. Y muchos escritores y psicólogos dicen que si no te equivocas o que si crees que no te has equivocado es que no has aprendido, o peor, que no has vivido. Yo comencé a dibujar por Titanic, y tal vez por eso sea una de mis películas favoritas, una de mis pocas películas de amor favoritas. 
Cuando llegó a los videoclubs, una chica más mayor que yo con la que me crié trajo a casa la película en VHS para que la viésemos. En mi clase, las niñas hacían en el recreo escenas de la película, como en la escena del baile en la que daban vueltas agarrados de la mano, pero yo me la ponía una y otra vez, para intentar pillar los trazados del dibujo, aunque luego no te servían de nada si querías copiarlo así, porque en un documental sobre la película vi que el primer trazo en el folio lo da el actor, Leonardo Dicaprio, pero que el dibujo lo hizo el director, que es James Cameron, la cuestión es que, yo intenté aprender de esa forma, observando, porque mi abuelo siempre me decía que tenía que observar. 
Como ya conté en un post antiguo, Clemente fue quien me dijo que no dejara de pintar. Pero yo dejé de pintar, después de haber dado dos años seguidos de pintura después de clase, y también di dos años de informática, que a mi abuelo se le antojó porque decía que eso era el futuro. 
Cuando mi tía compró Alas de Mariposas, a los años me la regaló, Clemente había muerto, yo no quise volver a dibujar pero, al volver a ver la película, comprendí el por qué de la obsesión de Ami con las mariposas, y volví a dibujar. Esta vez me lo tomé en serio, quise aprender a dibujar rostros, manos, pies, que siempre me costaron mucho trabajo y a dominar mejor los colores. Di otros dos años de clase, comprendí mejor las dimensiones, a dividir el papel y sobre todo, la técnica a la hora de pintar.
Equivocarse es aprender, y hay que dibujar mucho para aprender. Yo no nací pintando, nadie nació pintando, tal vez se nos dé mejor o peor, pero hay que estar muchos años dibujando para no tener que utilizar una goma y hacer los trazos sin tener que borrar.
Yo sigo borrando, sigo mezclando colores que tengo que volver a mezclar porque no es color adecuado, y a veces necesito ayuda de otro dibujo o de mi propio cuerpo para dibujar lo que quiero.
Para mí es más importante escribir que pintar, a mí me llena más e incluso me emociona más, pero cuando termino un cuadro o un dibujo, hay algo que se me llena dentro que no lo consiguen los textos que escribo.
Lo mejor es observar, y empaparte de todo lo que tengas alrededor. Nunca un árbol va a ser solo un árbol, ni una flor será solo una flor, cuando tú dibujas algo, le puedes dar el contexto que quieras. Todos los dibujos no serán iguales, por mucho que se intente calcar, pero de algo puedes estar seguro. Que cuando lo ves terminado, te sientes la persona más orgullosa del mundo.
Para mí, mis cuadros tienen nombres, o van dedicados a alguien. Yo los miro, y siento que cobran vida, que están a mi lado y que existen. Si alguna vez venís a verme y me escucháis hablar sola es porque le estoy hablando a un cuadro, sobre todo a Malena, que la tengo más cerca.
 Mi primer cuadro, con nueve años. Con este dibujo, Clemente me dijo que tenía talento.
Beatriz. Acabé hartísima de azul, me costó muchísimo la mezcla de colores, porque era un cuadro que solo tenía cuatro colores, y según qué intensidad daba una cierta forma o sombra. Aquí comencé a dibujar manos. ¡Mirad qué manos! En lugar de dedos parecía que tenía tentáculos. Ricardo, que era mi profesor me enseñó a darle forma a las manos, cómo hacerlas, por donde empezar. Yo descubrí que se me daba mejor si empezaba desde abajo, ya ves tú.
La mano de abajo del todo, porque donde está la cintura hay una cosa azul que es una mano, nos llevó descubrir por dónde iba la mano, porque en el libro la mano no se ve tan bien pero como yo alargué el dibujo para quitarle azul al cuadro, tuve que dibujar una mano completa, y a raíz de la mano, me fui fijando en cómo hacer dibujos de partes humanas fijándome en mi cuerpo, en este caso mi mano, y la del profesor, porque la mano de abajo era de hombre, que es la mano de Coco, un personaje del libro.


 Y ya se me dan mejor las manos, sobre todos los dedos.


Y esta es Malena, que me costó solo dos días hacerla, y acabé muy contenta con el resultado porque me salieron muy bien las sombras. Y cuando hice la oreja con el pendiente entré en shock de lo bonita que la había dibujado. Fue también la primera vez que dibujé el pelo de esa manera, y acabé mezclando diferentes forma a la hora de dibujar.



¿Veis cómo no se ve una mano por donde termina la cintura? Pues la hay, así que imaginaos la que se lió en clase para ver cómo estaba la mano puesta. Todos los alumnos dando su explicación de cómo estaba la mano, hasta que descubrimos que venía de abajo, porque si no, no coincidía.


Para mi abuelo.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Feliz (ya no) San Valentín.

Ayer, la Sister publicó una entrada a favor de la celebración de San Valentín, pese a ser un día traído a España por Galerías Preciados, y yo extrapolé un poco, y al final acabé pensando en cómo sería una buena forma de declarárseme (pese a que no sé si es la forma correcta de declararse + a mí).

1. CSI
En el capítulo veintidós de la temporada siete de CSI Las Vegas (el verdadero CSI, sin más) Sara descubre que Grissom le escribió una carta que nunca le entregó, y ella, como ve que pone su nombre, pues evidentemente la coge y la lee. Es la siguiente.

Sara,
No sé por qué me resulta tan difícil expresar lo que siento por ti. Aunque estamos lejos el uno del otro, te veo tan claramente como si estuvieras aquí, conmigo. Ya te dije que te echaría de menos y así es.
Shakespeare plasmó mi sentir más hábilmente que yo en el Soneto 47.
Aún estando tú lejos estás presente en mí,
pues no puedes llegar donde yo si te nombro, 
y estoy siempre con ellos, y ellos están conmigo,
o si duermen, tu imagen a mi vista despierta,
llamando al corazón para que ambos se gocen.
Grissom.
Esta es la traducción de lo que dice Grissom, pero en la carta está el Soneto completo, que es el siguiente,
Soneto 47.
Mi corazón y mi ojo están en paz
y ambos a dos se cubre de favores;
si el ojo tiene antojo de mirar
o el corazón suspira por tus dones, 
con tu retrato mi ojo se regala
e invita al corazón a ese banquete;
o bien el invitado es mi ojo y carqa
las ansias que mi corazón le ofrece.
Y así, ya por tu estampa o por mi afecto,
aun cuando estás ausente estás conmigo,
pues vas adonde van mis pensamientos
y ellos y yo seguimos tu camino.
Luego, al dormir, tu huella en mi mirada.
despierta al corazón, y al ojo agrada.
2. Frida Kahlo.
En Twitter publiqué una imagen de cómo sería mi mural en la puerta con todas las imágenes impresas y puse una frase de Frida que me gustó mucho y hasta me pareció romántica.

Quiero decirte que me he portado bien, que no he tenido ningún amorío ni pasatiempos, ni amantes, ni nada parecido. Que amo a México con todo mi corazón que adoro a Diego más que a mi propia vida y que me he convertido en una persona seria.

3. Compañeros
Con una postal que tenga dos delfines. Para comprender esto, hay que ver un capítulo en concreto de Compañeros, pero es que ahora no lo recuerdo pero yo voy a hacer un resumen ahora mismo.
Resulta que la pandilla iban a saltarse un zoo que tenía delfines, y nadie saltó, menos Quimi, entonces años después Quimi está como muy jodido y se salta la verja del zoo con delfines y todo el mundo se pregunta que dónde está y entonces Valle se acuerda del zoo con delfines y se salta porque antes en su casa (en la de Quimi) vio un calendario con dos delfines, y allí Quimi se pone súper nostálgico y dice que la primera vez que se saltó se encontró a un delfín y que hacía mucho tiempo que no lo veía y ahí, de la nada, aparece de nuevo el delfín y Quimi se pone muy contento y Valle se reconcilia con él y vuelven a salir.

4. Cuéntame
A mí Cuéntame es que me puede, y tiene miles de momentos buenísimos y súper románticos, sobre todo Merche y Antonio, y hay un capítulo de la temporada anterior, la del año pasado, que Antonio y Merche deciden renovar los votos porque celebran taitantos años juntos, y porque la primera boda se casaron los dos de negro. Antonio, se pone de acuerdo con el joyero y le lee una cosa que le escribe Antonio al darle el anillo. Pero vamos, que este es el momento, y yo como fan me derrito.
La vida sigue, Mercedes, la vida sigue y, sobre todo, estamos vivos, y nos tenemos el uno al otro, y seguimos adelante porque sabemos que pase lo que pase, nosotros envejeceremos juntos, Milano.


5. Johnny Cash.
Hace mucho tiempo a alguien le dio por querer hacer una votación para elegir la carta de amor más bonita del mundo y, mira que hay escritores y mira que Kafka escribió cartas, y todos los poemas de Velázquez y Lorca, pues no, salió Johnny Cash, felicitando el cumpleaños de su esposa después de más de treinta años de amor.

23 Junio 1994.
Odense Denmark.
Feliz cumpleaños princesa,
Nos hacemos viejos, y nos acostumbramos el uno al otro. Pensamos parecido. Leemos la mente del otro. Sabemos qué quiere el otro sin preguntar. Algunas veces nos irritamos un poco. A lo mejor a veces tomamos al otro por sentado. Pero de vez en cuando, como hoy, medito sobre eso y me doy cuenta lo afortunado que soy de compartir mi vida con la mujer más increíble que he conocido. Me sigues fascinando e inspirando. Tu influencia en mí es para mejorar. Eres el objeto de mi deseo, la única razón terrenal para mi existencia.
Te amo muchísimo.
Feliz cumpleaños, princesa.
John.
Posdata: Lo de princesa lo podéis ignorar.

6. Bo y John




Si tú eres más mayor que yo, puedes venir con esta foto y ponerme escrito detrás de la foto, "somos tú y yo" o me lo dices en persona, eso según te convenga.
Pero claro, tienes que ser más mayor, porque si no, no tiene sentido.






8. Els amants.
Hay un poema muy guay de un escritor valenciano que le puso música Ovidi, como a los poemas de Lorca, que también le pusieron música, que se llama Els Amants, el poema del valenciano, no de Lorca. Puede ser recitada o cantada, no soy exigente. El escritor se llama Vicent Andrés i Estellés, que no lo he dicho, y como es valenciano, Vicente no lleva "E" y entre los apellidos se pone una "i".

No hi havia a València dos amants com nosaltres.

Feroçment ens amàvem des del matí a la nit.
Tot ho recorde mentre vas estenent la roba.
Han passat anys, molts anys; han passat moltes coses.
De sobta encara em pren aquell vent o l'amor
i rodolem per terra entre abraços i besos.
No comprenem l'amor com un costum amable,
com un costum pacífic de compliment i teles.
Es desperta, de sobta, com un vell huracà,
i ens tomba en terra els dos, ens ajunta, ens empeny.
Jo desitjava, a voltes, un amor educat
i en marxa el tocadiscos, negligentment besant-te,
ara un muscle i després el peçó d'una orella.
El nostre amor és un amor brusc i salvatge,
i tenim l'enyorança amarga de la terra,
d'anar a rebolcons entre besos i arraps.
Què voleu que hi faça! Elemental, ja ho sé.
Ignorem el Petrarca i ignorem moltes coses.
Les Estances de Riba i les "Rimas" de Bécquer.
Després, tombats en terra de qualsevol manera,
comprenem que som bàrbars, i que això no deu ser,
que no estem en l'edat, i tot això i allò.
No hi havia a València dos amants com nosaltres,
car d'amants com nosaltres en són parits ben pocs.

7. Elvis y Priscila.
Y ya que estoy con la lista romántica, si nos casamos, porque nos tenemos que casar, que yo no quiero casarme, pero es que he hecho una promesa a dos personas very important en mi vida (las dos madrinas) y me tengo que casar por eso, por la promesa, pero que yo no quiero. Bueno, que si nos casamos, que esta será nuestra foto de boda, y también la que se da en el convite como recuerdo, ¿sabes? Pues eso.


¡Feliz día de San Valentín!


Por cierto, que para saber si eres correspondido, te meteré en tu buzón o te lo enviaré por correo una postal de la Catedral de Santiago y detrás estará escrito "Yo también." ¿Veis cómo puedo llegar a ser romántica?
¡Es que la peli es tan bonita, y a mí Alba me pone tanto!





lunes, 23 de enero de 2017

30 days music Challenge.


Como empecé en Twitter haciendo este TAG y no lo terminé porque yo esto de elegir todos los días qué poner no lo llevo bien, hago el TAG completo. Que lo disfrutéis.

Día 1. Una canción que te guste con un color en el título.


Día 2. Una canción que te guste con un número en el título.


Día 3. Una canción que te recuerde al verano.


Día 4. Una canción que te recuerde a alguien a quien quieras olvidar.


Día 5. Una canción que necesites escuchar fuerte.


Día 6. Una canción que te haga bailar.


Día 7. Una canción para conducir.


Día 8. Una canción sobre drogas o alcohol.


Día 9. Una canción que te haga feliz.


Día 10. Una canción que te ponga triste.


Día 11. Una canción de la que nunca te canses.


Día 12. Una canción de tu niñez.


Día 13. Una canción de los setenta.


Día 14. Una canción que te gustaría que sonase en tu boda.


Día 15. Una versión de una canción por otro artista.


Día 16. Una de tus canciones clásicas favoritas.


Día 17. Una canción que te gustaría cantar a dúo en un Karaoke.
(Sister 💜)



Día 18. Una canción del año en el que tú naciste.


Día 19. Una canción que te haga pensar en la vida.



Día 20. Una canción que tenga mucho significado para ti.


Día 21. Una canción que tenga un nombre en el título.


Día 22. Una canción que te haga avanzar 


Día 23. Una canción que crees que todo el mundo debería oír. 


Día 24. Una canción de un grupo que te hubiese gustado que siguiesen juntos.



Día 25. Una canción de un artista que murió joven.



Día 26. Una canción que te haga enamorarte.

 


Día 27.  Una canción que te rompa el corazón.


Día 28. Una canción de un artista que te encante su voz.


Día 29. Una canción que te recuerde a tu infancia.


30. Una canción que te recuerde a ti misma.