El ordenador se estropeó cuando quedaba escasos días de marcharme a la playa por vacaciones familiares. Cuando pensaba despedirme, no pude conectarme de ninguna forma a mi blog, pues, sí mi ordenador estaba estropeado, no podía escribir en otro lado por falta de privacidad.
Desde que entré en la adolescencia, en las vacaciones familiares, he tenido peleas constantes con mi abuela (persona con la que vivo 365 días del año, a veces, 366) y mi tía.
Todos los días, eran una especie de guerra donde, ella, tenía que demostrar su poder sobre mí y yo, sobre mí misma. Era una lucha constante en la que yo salía mal parada siempre y con los nervios a flor de piel. Siempre gritando para defenderme he intentando ocultarme de mí misma para no discutir.
La relación con mi primo, era también una constante lucha. Era como sí tuviera que demostrar lo perfecto que era las 24 horas del día. Sí yo cometía algún error, el salía a su defensa alegando que nunca haría eso mal, en donde, mi tía, siempre le daba la razón.
No sabía como actuar en ciertas situaciones por la forma en la que el movía a mí tía como una marioneta. Además que, era un poco raro la insistencia constante en una lucha que mi primo había creado.
Puede que, la rivalidad haya empezado desde hace mucho tiempo. Desde cuando éramos pequeños, pero, cada día se va haciendo más y más grande.
No creo que cambie, aunque, espero que mejore.
Escrito con una torre antigua que se para más que anda
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