La familia.

Mis abuelos actuaban como padres cuando mi padre nunca actuó como tal y, mi madre no se quería levantar para llevarme al colegio. Aunque ella nunca faltaba a la salida.

Mis abuelos paternos nunca se hicieron cargo de mí como los hacían los maternos, inclusive, aunque vivíamos una frente al otro, pocas veces estaban conmigo. Era yo, quien tenía que ir a verlos cuando mi padre se quedaba un rato conmigo por la tarde, porque mi madre le obligaba.

El viernes vi como mi abuelo paterno recogía a mis dos primos. Los dos de los cuatro. Los dos que viven en mi mismo barrio. Los que están a veinte pasos de mi casa.

Mis primos son niños inocentes. Los niños son inocentes. Ellos no tienen la culpa de los actos de sus padres o sus tíos.

Hace dos años mi tío me pregunto que qué haría si un día algún primo mío se acercara a hablarme. Por miedo no le contesté.

Cuando dejé atrás a mi abuelo, obtuve la respuesta que hace dos años quiso oír mi tío. Le diría que sí. Que sí quiero tener una relación con todos ellos.

Hecho de menos a los pequeño. A los que nunca llegué a rozar como los otros dos.

Quiero poder acercarme a ellos y no me importa esperar el tiempo que sea.

                                                                 Mis primos son niños inocentes.