Redes sociales







miércoles, 18 de enero de 2012

El adiós.

Recuerdo los últimos días de mi bisabuela perfectamente.
Se encontraba bien, aunque sin fuerzas. Pero, comenzó a desvariar. Decía que veía a Elenita, una amiga suya en ese momento ya fallecida, y, había veces que no sabía donde estaba.
Hasta que, después dejó de hablar y, sin poder levantarse de la cama, aguardó inerte, hasta que murió.
A mi abuelo lo ingresaron el domingo por falta de oxígeno.
Pilló un resfriado y, al haber tenido neumonía, le afectó más el resfriado. Como a los enfermos de SIDA.
En un principio, todo sucedía como siempre. Permanecería en el hospital, hasta que se le quitara la sensación de asfixia pero, cuando llegó ayer mi abuela a casa, dijo que se le había ido la cabeza.
Reconocía a todos. A mis tíos, a mi abuela. Sabía en que calle vivía, su edad, el nombre de todos, pero, a veces no sabía donde se encontraba.
Mi tío llegó hoy, medio enfadado medio impotente, después de haber pasado toda la noche a su lado sin poder dormir. Apenas hablamos, lo noté distante y no quise inmiscuirme en sus asuntos.
Cuando terminó de comer, llevó los platos a la cocina y rompió a llorar. Mi otro tío, al verle le preguntó sobre su estado. Le dijo que sí, que estaba bien pero, que lo habían enchufado a una máquina de oxígeno las 24 horas del día. Que estaba intranquilo, sobre todo de noche. Que se ponía histérico sí lo dejaban solo.
Él, camina por el hospital, habla bien, sin balbucear, no está tan ido como hizo creer mi abuela pero, la idea de que vaya a peor está ahí.
La imagen de verlo tendido en la cama, con la mascarilla puesta y una máquina proporcionándole aire, resultó impactante.
No sé que pasará. Cómo terminará. Yo solo quiero que se recupere pronto, y, tenerlo a mi lado como siempre.

1 comentario:

Juan Manuel Sarmiento dijo...

Vaya...lo siento mucho. A mi abuelo le ha pasado algo parecido, ya unas 7 veces. Ha muerto y revivido, y durante su estancia en el hospital, también enchufado a la máquina de oxígeno y a muchas más.

Sé que se pasan muy malos ratos, sobre todo porque no sabes qué poder hacer en estos casos, y lo único que podemos hacer es esperar y observar cómo evoluciona. Tú tranquila, que todo va a salir bien y antes de que te des cuenta le tienes otra vez en casa.

Un beso y ánimo.