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lunes, 2 de julio de 2012

La niña.


Una vez, un profesor, nos contó que Juan Ramón Jiménez era muy triste escribiendo, que quisiera él o no era muy triste.
Para demostrárnoslo, nos enseñó este texto.







                                                               LA NIÑA
                                                     Juan Ramón Jiménez

La niña llegó en el barco de carga. Tenía la naricilla gorda, hinchada, y los ojos de otro color que los suyos. En el pecho le habían puesto una tarjeta que decía: “Sabe hablar algunas palabras en español. Quizá alguien español la quiera”.
La quiso un español y se la llevó a su casa. Tenía mujer y seis hijos, tres nenas y tres niños.
–¿Y qué sabes decir en español, vamos a ver?
La niña miraba al suelo.
 –¿Ser nice? –Y todos se reían–. Me custa el socolate –Y todos se burlaban.
La niña cayó enferma. “No tiene nada”, decía el médico. Pero se estaba muriendo. Una madrugada, cuando todos estaban dormidos y algunos roncando, la niña se sintió morir. Y dijo:
–Me muero. ¿Está bien dicho?
Pero nadie la oyó decir eso. Ni ninguna cosa más. Porque al amanecer la encontraron muda, muerta en español.

No sé por qué pero, cuando leí el texto, me dio un vuelco. Este texto me marcó.


2 comentarios:

Desi dijo...

Sí que es rallante O.o Como para que no te marcara leer algo así... Curioso tu blog. Me uno a él! Besos =)

Desi dijo...

Por cierto. Las fotos que tienes en la esquina superior derecha son de Mathew Gray Gubler, el actor de Mentes Criminales (entre otras cosas!), ¿no?