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viernes, 12 de julio de 2013

Verano de mil novecientos noventa y nueve.





"Cuando era pequeña, siempre estaba con mi abuelo. En el verano de 1999, mi abuelo me gravó en una cinta cantando esa canción, mientras mi madre me peinaba en el salón. 
Cuando por fin llegamos al bar, mi abuelo  puso la cinta en la que yo cantaba, para TODO el bar, y los vecinos que estaban asomados en la terraza. El siempre estaba orgulloso de todo lo que hacía."


Desde hace tiempo, cada año voy al dentista y a la óptica, sin falta.
A la óptica, para mirar la vista y, pedir nuevas lentillas -Siempre se me acaban las lentillas al año, soy un imán.- Al dentista voy para la limpieza bucal, porque, a excepción de hace dos años, que me empastaron una muela -Casualmente, la misma muela que me arrancaron, repito ARRANCARON a lo bestia, porque me estaba saliendo la otra, y ésta, empujaba la muela, causándome un terrible dolor. - nunca he tenido que ir más veces. Me cuido mucho los dientes. Lo aprendí de mi madre.

A la salida del dentista, mi madre se encontró a una conocida que hacía años que no veía. Ésta, me abrazó y me besó, mientras me decía que era la mejor amiga de mi madre cuando eran adolescentes. Nos índico dónde estaba el DIA, aunque se equivocó.

En mi barrio, me sentí como Toscano - Toscano es le protagonista del libro Que la muerte te acompañe de Risto Mejide, el cual, al ir a un supermercado, se enamora de la cajera-, porque la cajera, era una monería. De hecho, me quedé tan exhorta en su rostro, que solo recuerdo avanzar hacia el coche toda embobada, pesando todavía en ella.
Para que os hagáis una idea, la muchacha se parecía a Kat Dennings.

Mañana paso toda la noche y, parte del domingo con mi tía, pues, mi primo se va de al puerto con unos amigos y mi tío trabaja por la noche. Dice que le da miedo dormir sola, por si aparece los entes del más allá.
Le sienta muy mal ver Cuarto Milenio, pero no lo reconoce.

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